Seguramente te ha pasado alguna vez que tu perro no quiere comer, y no sabes bien el motivo ni como afrontarlo. Y puede sucederle a perros que tienen un apetito voraz, o que son muy selectivos con la comida. Pero por un motivo u otro, de la noche a la mañana puede que te tengas que enfrentar con ello, y te haga falta alguna que otra recomendación.
Siempre que los motivos por los que tu perro no quiere comer no sean de salud, como dolencias, infecciones, fracturas, etc. Vas a poder hacer uso de una serie de remedios y recomendaciones, para que tu amigo vuelva a tener un gran apetito.
Índice
Motivos por los que tu perro no quiere comer
Es cierto que tenemos que partir del hecho que cada perro es un mundo. Y para hacer un análisis inicial de lo que está pasando, tenemos que ser nosotros lo que evaluemos al perro. Ya que puede haber uno o varios motivos por lo que tu perro ha decidido no quiere comer.
- Estrés o ansiedad. Como muchos de vosotros ya sabéis, los perro son animales de rutinas muy fuertes. Y a veces los cambios les producen un estrés o ansiedad que pueden afectar a su apetito. Por ejemplo el cambio de una vivienda por otra, aunque solo sea por vacaciones. O en parejas que se separan, y el perro se queda con uno de los dueños. Se rompe la rutina, y ello les produce un cambio brusco que puede afectar a su apetito.
- Depresión o tristeza. Las personas que llevamos muchos años con perros sabeos lo sensibles que son. Y es que como animal social, establecen un fuerte vinculo con sus dueños y otros perros que conviven en la casa. A veces la muerte de uno de sus dueños, o la falta por otros motivos como la separación; les produce un estado de tristeza muy profundo que les lleva a no comer durante un largo tiempo. Y mucho más en casos de abandonos.
- Parásitos internos. Son más comunes de lo que nos pensamos, y tardan en dar la cara. Poco a poco van afectando al estado general del perro, y afectan de manera notoria al apetito del perro. En esta ocasión, no nos queda otro remedio que acudir a un veterinario, que nos ofrezca el mejor método para eliminarlos y haga un seguimiento.
Un abandono es una de las situaciones más traumáticas que puede sufrir un perro. Todo su mundo se desmorona, y pierde a los que hasta ahora eran sus compañeros más fieles: sus dueños.
- Problemas en la boca o encías. Muchos perros son propensos a tener problemas en la encías, debido a la acumulación de sarro y placa en los dientes. A la larga les provoca sangrado, infección, alguna perdida de dientes, y sobre todo dolor a la hora de comer. Por lo que es muy recomendable que le inspecciones la boca, buscando heridas, rojeces o exceso de placa para poder ponerle remedio.
- Tratamientos veterinarios. Al igual que sucede con las personas, son muchos los medicamentos que afectan al sistema digestivo. Por ejemplo los antibióticos o antinflamatorios, producen acidez estomacal o ciertas abrasiones. Ello provoca dolor o malestar en el perro, haciendo que nuestro perro no quiera comer.
- Edad del perro. Un aspecto muy importante que tenemos que tener en cuenta. Un perro de mayor edad, como pasa en las personas, arrastra ciertos achaques en el cuerpo. Como hemos comentado una de ellas es la pérdida de dientes. Pero también puede ser la pérdida de fuerza en las mandíbulas. Haciendo del pienso seco, poco o nada apetecible ya que le cuesta comerlo, y deciden dejar de hacerlo.
- Aburrimiento. Si, hay perros que son más exquisitos que otros, y con el tiempo se cansan de estar comiendo siempre la misma comida, y demandan una nueva. Para saber si este es el motivo, lo vamos a averiguar de una manera muy sencilla. Si le ofrecemos otra comida, ya sea casera o bien seca o húmeda y se la come; directamente es que se ha cansado de su comida habitual. Tendremos entonces que cambiar por una nueva, o utilizar alguno de los consejos que te daremos mas adelante.
Remedios si tu perro no quiere comer
Hay que tener en cuenta que hay situaciones de las que hemos descrito arriba que van a necesitar la ayuda de un profesional. Ya que será el veterinario el que pueda poner fin, por ejemplo a los parásitos internos o a los problemas bucales.
Situaciones de estrés o de tristeza, si con se extienden en exceso en el tiempo, lo más probable es que necesites la ayuda de un profesional. Aunque lo más común, es que con una nueva rutina, el perro retome una nueva normalidad.
Por ello, te ofrecemos una serie de remedios para que tu perro vuelva a comer:
- Dale un pienso de mayor calidad. A veces, las marcas más conocidas, o con más renombre no ofrecen el pienso de mejor calidad. Fíjate en los componentes de la comida; por norma general es preferible que le des a tu perro un pienso que no tenga cereales, y que tenga un alto contenido en proteínas. Muchos piensos abusan de patata y cereales, que no aportan energía, y a muchos perros le sientan mal. Es cierto que son piensos que pueden ser algo más caros; pero hay ciertos super mercados que lo ofrecen entre sus marcas blancas.
- Ofrece comida húmeda. Para el perro es un alimento mucho más rico, ya que desprende más olores, tiene mejor tacto, y muchos más sabores. Frente a las croquetas del pienso seco, que es cierto que produce aburrimiento en los perros. Tiene un problema, y es que su precio es más elevado, y no todo el mundo se lo puede permitir. Por lo que se puede optar por ponerle un chorro de agua caliente a las croquetas secas, para que el tacto sea diferente y se deprendan los olores; tu perro estará encantado.
- Prueba la dieta BARF. Cierto es que desde hace tiempo se ha puesto muy de moda, aunque hay que aclarar que en el buen sentido de la palabra. Ya que es algo muy bueno para tu perro, si se hace con una buena base alimenticia. Hay gran cantidad de información de los nutrientes que debe llevar la dieta para prepararla en casa. Aunque también existe gran cantidad de empresas que te ofrecen una dieta variada y equilibrada, según el tamaño y peso de tu perro; que puedes mantener en el congelador e ir sacando poco a poco.
- Ejercicio físico. Hoy en día hay muchos perros que se pasan horas y horas en casa, con salidas cortas para hacer tan solo sus necesidades. Pero muchos de sus dueños no se dan cuenta que tienen que hacer ejercicio, correr, seguir pelotas o palos, saltar a por sus juguetes… El perro tiene que gastar sus energías, y así tener un mayor apetito. Por lo que ya sabes, sal con tu perro a jugar a la calle por su salud.
- Reparte la comida diaria en varias tomas. Por norma general los perros adultos están comiendo entre 2 y 3 veces al día. Para aquellos que han perdido el interés en la comida, se puede probar a repartir la comida en 4-5 veces, poniendo menos cantidad para que el perro no se agobie.
– Raku, cariño, que te pasa? ¿Por qué no quieres comer? ¿No te gusta la comida? – Le preguntamos una y otra vez.
– No lo sé, estoy muy feliz de la nueva casa, y de mi nuevo hermano Max. Pero hay algo en mi interior, que no sé…. Nos decía mientras daba un profundo suspiro.
– Raku, no te preocupes por nada. Como hermano mayor, te voy a cuidar siempre, y te voy a enseñar todos los montes que tienes cerca de casa. Te lo vas a pasar genial. Le decía Max para tratar de animarle.
Trucos que he aprendido con Max y Raku
No hay nada mejor que la práctica y el día a día, para ir aprendiendo pequeños trucos. Si tu perro no quiere comer, irás encontrando esas pequeñas ayudas que te lo harán todo más sencillo.
- Echar aceite de salmón o de oliva en las croquetas. Sobre todo el de salmón tanto a Max como Raku les encanta. Ya que tiene un olor extremadamente fuerte, que se ponen nerviosos cada vez que sacas el bote para echarlo. Además, que como sabéis es un suplemento que les viene muy bien para el pelaje.
- Una cucharadita de mejillón de barba verde. Se trata de otro suplemento para perros, que les ayuda a cuidar las articulaciones. Y Max y Raku tienen un alto desgaste por las rutas de senderismo que hacemos. Igualmente, tiene un olor a «mar» realmente fuerte, que impregna toda la cocina, pero que a ellos les vuelve locos.
- También les puedes medio engañar. Ya que no siempre les vas a poner suplementos u otras cosas en su comida. Así que lo que vas a hacer es como si les añadieras cosas en su cuenco, es decir, un pequeño teatrillo. Ellos se van a poner super contentos, pensando que es una comida especial.
- Y cuando hagas sopas o un cocido; puedes echarle un poco de caldo encima de las croquetas. El caldo de cocido a Max y Raku les pone que saltan por las paredes de alegría.
Nuestro odisea con Raku tras su adopción
La verdad es que Raku, a pesar de sus «cosillas» Border Collie, es un perro excepcional. Es realmente sumiso, comprende las órdenes y es uy receptivo a aprender cosas nuevas. Al llegar no entendía ni un solo comando, ni tan siquiera el «Sienta» o «da la pata»; y en muy poco tiempo aprendió los comandos básicos, a pesar de su edad.
A Raku lo adoptamos con algo más de un año, durante un caluroso mes de agosto; con una ola de calor que abrasaba con 45 grados a la sombra. Y para más inri, le recogimos en Sevilla, a eso de las 4 de la tarde. Algo que realmente estresa a cualquiera, y más teniendo unas 7 horas en coche de vuelta hasta su nueva casa.
Para cualquier perro un abandono es bastante traumático, y sabíamos que requiere un largo periodo de adaptación, tanto a la nueva casa como a su nuevo hermano Max.
Los primeros días fueron muy tranquilos, se adaptó muy bien a su nuevo hogar, a los paseos nuevos por el campo, a los ruidos, a su cama, etc. Pero empezamos a notarlo decaído, y triste, más que lo que nos habían descrito de él.
La tristeza se fue convirtiendo en cansancio, y cada vez quería pasear menos tiempo y lo hacía de forma más y más tranquila. Hasta que, empezó a comer menos, hasta no querer comer nada de nada. Y tuvimos que afrontarlo: mi perro no quiere comer.
Es una sensación de impotencia muy alta, no conseguir que comiera nada. Y más cuando llegaba con unos 5-6 kilos de menos. Se le notaban todas las costillas y prácticamente todos los huesos del cuerpo de una manera exagerada. Aunque por suerte, los valores de la analítica de sangre estaban todos bien.
Comenzamos por mojar la comida en agua caliente, para reblandecer las croquetas, y que le fueran más apetecibles. Realmente tuvo efecto un par de tomas, y poco más. Más tarde probamos con un chorro de aceite de oliva, y remover para que les fuera más apetitoso; ese día recuerdo que se lo comió todo con muchas ganas. Pero al día siguiente, volvió a no querer comer.
Por lo que decidimos pasar a la mejor de las dietas posibles, la comida natural BARF. Eligiendo entre 4 o 5 variedades, y alguna de ellas funcionaba. Aunque realmente no comía ni de lejos la cantidad necesaria para su tamaño. Es más, a los pocos días dejó también de comerse la comida BARF. Y os puedo asegurar que la comida olía como un plato preparado de alta calidad para personas.
Seguía perdiendo peso poco a poco, y sin querer comer su plato. Es más, legó un momento que tenía que obligarle, metiendo comida en la boca hasta que tragara. Ya que temía que perdiera más peso y enfermara de verdad.
Hasta que dimos con el clavo. Hablando con la chica que lo había cuidado hasta su adopción, nos comento que su familia le daba un pienso de gama baja de super mercado. Así que le compramos el mismo que comía originalmente; y esa fue la clave. Poco a poco fue comiendo de forma totalmente normal. Le fuimos mezclando con el mismo pienso de Max, hasta ahora, con un pienso sin cereales.
Raku había dejado de comer por la tristeza y el estrés de un nuevo cambio de casa. Y gracias al pienso que comía desde pequeño, que le hizo comer de nuevo.
A día de hoy come y devora todo lo que le eches, pienso, comida fresca, frutas, verduras. Come como una verdadera lima, y desde luego con tanta ruta por las montañas está más que feliz.
Y si quieres evitar que tu perro ladre o rompa cosas mientras no estás en casa, puedes leer nuestro artículo de Ansiedad por separación.
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