por Fernando Galán

Esta es mi historia.
Así comenzó ‘Explora tu ruta’.

A veces de las cenizas pueden surgir cosas increíbles. Hasta 2016 y con 26 años no supe ver, que la vida puede cambiar en un momento. Y un día cualquiera, fue mi vida la que cambió. Para mal… y para bien.

«Siempre me ha encantado viajar, conocer nuevos lugares y redescubrir los viejos. Soy verdaderamente feliz cuando estoy rodeado de naturaleza y montañas. Tan feliz que cuando vuelvo a casa, me siento vacío. Como si algo me hubiese dejado allí».

Una enfermedad que lo cambió todo

2016

«Hay golpes en la vida, que no te esperas. Y mucho menos cuando tienes 26 años.

Un viernes de junio de 2016 fui a la oficina con las maletas, para irme de viaje nada más salir. Pero ese día acabaría de forma diferente. Desde que me levanté sentí un fuerte dolor en el abdomen y en las ingles, además de estar excesivamente cansado.

Por ello, antes de emprender el viaje fui al médico. Allí el médico notó que había un bulto del que nunca me había percatado. Me mandó directamente a urgencias para unas pruebas, y bueno, finalmente las maletas tuvieron que quedarse en el coche.

Esa misma noche me comunicaron que tenía un tumor maligno y tenían que operarme de urgencia. Por mi edad y por su tamaño, tenía mal pronóstico si no se trataba a tiempo».

Mi vida se frenó en seco.

«Al día siguiente estaba operado. Se trataba de un carcinoma en estadio IIB,  de tipo agresivo. Y a los pocos días comencé el tratamiento de quimioterapia.

Fue una de las temporadas más difíciles de mi vida, sobre todo mentalmente. Tres meses de tratamiento diario, con sesiones eternas anclado a un sillón y con innumerables efectos secundarios. Algunos de los cuáles aún tengo, como tinnutus«.

En 2016 no perdí las ganas de viajar y disfrutar de las experiencias que pudiera permitirme con mis fuerzas físicas. Estaba agotado y muy delgado tras casi 10kg menos (aunque como veis me alimentaba tan bien como podía).
En 2016 no perdí las ganas de viajar y disfrutar de las experiencias que pudiera permitirme con mis fuerzas físicas. Estaba agotado y muy delgado tras casi 10kg menos (aunque como veis me alimentaba tan bien como podía).

Una nueva forma de ver el mundo

2017 y 2018

«Durante el proceso nunca me avergoncé y salía a la calle tal y cómo era. Volví a mi trabajo en la oficina al día siguiente de acabar el tratamiento. Hecho un desastre por fuera y por dentro. Pero me propuse recuperar mi vida.

También volví a viajar al mes siguiente, a recuperar mi ilusión y el tiempo perdido. Aún tenía muchos sitios a los que viajar y un miedo enorme a sufrir una recaída.

Pero esta vez mi vida iba a ser diferente. No encontré mi lugar en aquella vida. Esa vida ‘estable’ ya no la valoraba del mismo modo. Empecé a aborrecer todo lo que robará tiempo a mi pasión o que me generara estrés. Mi trabajo, la ciudad dónde vivía, lo material y lo superfluo. Sentía que lo más valioso, que era el tiempo, no lo estaba viviendo».

En 2017 ya lucía nuevo look y comenzaba a recuperar la mi fuerza física y mental. Pero la sonrisa siempre se mantenía enorme cuando viajaba. En esta foto en la costa de Cerdeña junto al sonido del mar.
En 2017 ya lucía nuevo look y comenzaba a recuperar la mi fuerza física y mental. Pero la sonrisa siempre se mantenía enorme cuando viajaba. En esta foto en la costa de Cerdeña junto al sonido del mar.

«Esta situación fue en aumento en esos años y abandoné todo. Vendí el coche, dejé mi casa, la vida en la ciudad y comencé una nueva vida con menos estrés y alejado del ruido. Decidí viajar más. Necesitaba más experiencias. Tras meses luchando por una vida más sencilla, hice una lista de lo que es imprescindible en mi vida y lo que no. Incluso me alejé de muchas personas. Y en realidad, lo necesitaba. Cuando uno vive una enfermedad así, te sientes irremediablemente solo. Y quizás ahí, encontré mi propio espacio.

Ahora no tengo casi nada, pero tengo muchas rutas por hacer y aún más lugares que ver. Quien sabe, que tiempo nos quedará por delante. Si algo aprendes al pasar por ese proceso, es que cualquier día pueden llamar a tu puerta. Lo más valioso que tenemos es el tiempo y la salud. Y cuando esto falta, no hay nada que lo llene».

2018 fue el año de mi total recuperación. Aunque tenía pruebas constantemente, cada 2 o 3 meses que me generaban muchísimo miedo. Pero cada viaje me ayudaba a mantener la sonrisa. Aquí en Esta foto es en las cumbres más altas de Bulgaria.
2018 fue el año de mi total recuperación. Aunque tenía pruebas constantemente, cada 2 o 3 meses que me generaban muchísimo miedo. Pero cada viaje me ayudaba a mantener la sonrisa. Esta foto es en las cumbres más altas de Bulgaria.

Y de las cenizas… nació ‘Explora tu ruta’

2019

«En 2019 empecé a crear y diseñar esta web de rutas y viajes. La que sería mi presente vida. Soñaba con llevar a personas a esos lugares tan maravillosos, poder guiarles y organizarles la ruta, poder ser el mejor guía local y el mejor compañero de viajes. Y aquí estoy, uniendo mi pasión por los viajes y mi profesión como diseñador y fotógrafo. Más feliz que un regaliz y con la ilusión capaz de mover al mismísimo Everest.

Ahora vivo en un pueblecito alejado del ruido.  Rodeado de campo, del sonido de los pájaros y dedicado en cuerpo y alma a este proyecto. Y ahora soy más feliz con muchas cosas menos.

2019 fue uno de mis mejores años, con multitud de viajes, experiencias y más montañas que nunca. Esta foto es en el Lago Balea de Rumanía, con más de 5 metros de nieve bajo los pies. Y una felicidad, de oreja a oreja.
2019 fue uno de mis mejores años, con multitud de viajes, experiencias y más montañas que nunca. Esta foto es en el Lago Balea de Rumanía, con más de 5 metros de nieve bajo los pies. Y una felicidad, de oreja a oreja.

«Gracias a todo lo que aprendí tras aquel año 2016, hoy lucho por mi sueño: vivir viajando. Y lucharé hasta el último día».

Todo esto va por vosotros exploradores, porque amáis viajar, tanto como yo.